Reflexiones sobre la sociedad del conocimiento

Esto lo escribo a partir de una reflexión que me generó un artículo de Vicenç Navarro en su blog. En él, a mí entender se criticaba la argumentación de ciertos sectores liberales de que la sociedad de la información requiere de mucha más gente con titulaciones altas. Estoy de acuerdo con esa crítica, pero creo que en ninguno de los dos casos se abandona la visión industrial de la sociedad en que se asume que todo individuo es por defecto y ante todo un trabajador de una empresa. Se asume también que el pueblo es en sí proletariado y que por tanto la lucha de clases sigue viva. Creo que los argumentos, tanto los de izquierdas como los de derechas, siguen instalados, por inercia y educación, en un discurso de la era industrial, sin embargo los sentimientos de la población en general ya han superado esa época y se encuentran en una especie de limbo a las puertas de la era del conocimiento, ni en un sitio ni en el otro. El proletariado de hoy, al menos en occidente, vive inmerso en un mundo de consumismo y ocio y en una aparente meritocracia que ha destruido totalmente su conciencia de clase. La solución no existe, en lo social no hay una solución sólo acciones y actitudes que nos hagan avanzar hacia un mundo más justo, aunque nunca lo será del todo, y la sociedad del conocimiento, pese a venir cargada de nuevos problemas y nuevos retos, es, creo yo, un avance en ese sentido.
Lo primero es explicar qué es a mi entender “la sociedad del conocimiento o sociedad de la información” a mí me gusta más el primer término. Hablamos de una sociedad industrial cuando el valor predominante de ésta es la producción industrial, eso no implica la no existencia de otros valores, agrícolas, servicios, etcétera. Por la misma razón hablamos de sociedad del conocimiento cuando el valor predominante pasa a ser la producción de conocimiento. Eso, como en otros modelos, no implica la destrucción del resto de sectores, como es obvio. Con la sociedad industrial no sólo no desapareció el sector primario, sino que creció y se volvió capital para alimentar a esa nueva clase proletariada.
Aunque esto es subjetivo, a mi entender, para fomentar la producción de conocimiento no se necesita de gente extremadamente formada. La producción de conocimiento se da sobre todo a través de las iniciativas civiles destinadas a crearlo. Para que me entendáis, cuando un grupo de chavales de dieciocho años se ponen de acuerdo para crear un portal para traducir, subtitular y difundir manga japonés están produciendo conocimiento. Cuando un señor se inventa un nuevo formato de heladería, es decir, está innovando, está creando algo que no existía, está creando conocimiento. Un señor con tres carreras y dos masters y ocho idiomas que trabaja siguiendo órdenes, no está creando nada.
Mi opinión es que tenemos una educación industrial pensada para crear trabajadores dóciles y útiles para las empresas, a los que se ha castrado durante años de obediencia escolar su capacidad de iniciativa y autoproyecto. Hoy los parados pasan su tiempo sentados en el salón de su casa a la espera de que uno de esos cientos de currículums que han enviado llegue a buen puerto y alguna empresa se digne a pagarles un sueldo a cambio de su obediencia durante ocho horas diarias. Como mucho algunos gastarán su tiempo y dinero en añadir alguna línea más a esa hoja de vida.
El ciudadano de hoy tiene, gracias a las nuevas tecnologías, la capacidad para tomar la responsabilidad en su propia vida y en la sociedad que le envuelve. Hoy lo que se necesita no son personas que se han pasado la mitad de su vida en un aula. Lo que se necesita son personas capaces de generar proyectos, a poder ser innovadores, pero no necesariamente, y de llevarlos a cabo. No podemos sentarnos a esperar que las grandes multinacionales, partidos políticos o sindicatos vengan a solucionarnos los problemas. Para cumplir esta función no es necesario inventar Google o Facebook, basta con un club de petanca, un blog, un cineforum, etcétera. Retomando y customizando la famosa frase de J.F.K, no pienses en lo que puede hacer la sociedad por ti, piensa en que puedes hacer tú por la sociedad que te envuelve.

Vicens Jordana

7 de marzo de 2011

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