Lobo Al Alcafar Tenrra Benterauri miraba rabioso la consola. Los datos de la última batalla no habían cambiado mucho y por muchas veces que los mirara no lo harían. Doce millones novecientos mil visionados la colocaban novena en el ranking de la semana. Lobo Al apretó el puño con fuerza. –Vaya mierda –esbozó en voz baja.
La batalla había sido espectacular, las fuerzas de Hidro habían emboscado a sus cuerposur especiales de tierra en Sierra Nevada. La situación les era claramente desfavorable pero sus hombres consiguieron darle la vuelta y acabaron ganando de forma magistral. Esa había sido quizás la mejor batalla de los últimos años, sin embargo… novenos, sólo novenos. Y eso no era lo peor: por delante habían quedado la discusión entre los componentes de Ponio Banxs en el escenario del Parque Namen, La final de hitcherin, dos películas horteras y lo que más le dolía, los tres primeros puestos los ocupaban tres aventuras explorador.
Volvió abrir la que estaba en primer lugar y maldijo en silencio. Una gran explosión de magma avanzaba con velocidad por debajo del agua hacia un hombre vestido con un traje que parecía de cuero marrón y que lo cubría todo sin una sola costura. El hombre se mantenía impasible esperando lo inevitable. Otras explosiones se cernían a su alrededor, pero Acad ni siquiera les prestaba atención, movió las manos como girando y un remolino empezó a formarse ante él. La explosión ganaba metros a gran velocidad dejando tras de sí una estalactita negra de roca volcánica. Acad alzó las manos con velocidad, llegados a este punto todo el mundo contenía la respiración, estaba claro que Acad sobrevivió, si no no estarían viendo esas imágenes, pero también estaba claro que ni siquiera el explorador mas poderoso podría detener una explosión de magma submarino como esa. El remolino que se había formado ante él pareció desplegarse en la dirección que sus manos indicaban impactando contra una enorme columna que había quedado por encima suyo. Durante unos instantes pareció que nada había sucedido, pero de repente la columna empezó a ceder y a caer lentamente en la dirección en la que se encontraba el explorador. La explosión estaba lejos, pero avanzaba veloz y la columna caía despacio. Lobo Al maldijo al darse cuenta de que llevaba un rato sin respirar y con un clic cerebral apagó la consola, total, ya conocía el desenlace. –Y todo para salvar una especie de coral único que nadie sabía ni que existía antes de esto… Es ridículo. –se dijo enfadado– nosotros protegemos la ciudad… ¿Cómo puede tener más rang alguien que juega a proteger animalitos?
Lobo Al era un soldado viejo ya había superado los doscientos años. Él se forjó en la época en que Interior todavía temía el vandalismo de Lantana, fue un héroe en la última gran incursión contra una instalación de la ciudad, pero esa era otra época, sin módulos sobrenaturales los soldados luchaban por su vida y a veces morían… pero llegaron los módulos, la comisión de las siete ciudades y ser soldado dejó de ser un honor, ya no se necesitaron más héroes.
Antes de eso los militares eran los ciudadanos con más rang de Interior. Las batallas eran seguidas por las masas sabedoras que del resultado dependía su vida. Millones de personas asignaban sus pics a los soldados más valerosos. Fue una época gloriosa, en cambio ahora, la superioridad de Interior es tan absoluta que ya nadie tiene miedo, las incursiones y batallas entre ciudades se ven sólo como un juego tonto, y en el fondo lo es… sin muertos todo es un juego. Pero esto estaba a punto de acabar –los tiempos en que el ejército era necesario volverán –se dijo a sí mismo, pero ninguna sonrisa floreció en sus labios, y es que el precio que iba a pagar sería caro, muy caro.
Si al menos Abdaraal fuera de otra manera, pero el gran capitán era incorruptible. Él no juzgaba, no reflexionaba, ese no era trabajo de los militares. Si desde el consejo de comisiones le hubieran ordenado la aniquilación del ejército él mismo los habría matado a todos antes de suicidarse. Lobo Al admiraba a ese hombre… pero lo iba a traicionar, miró el tercer puesto en la lista y se dijo –y lo voy hacer junto a una de las personas que más odio.
Vicens Jordana